En los últimos años, se ha realizado una serie de intervenciones en el espacio público para rendir homenaje a aquellas victimas del terrorismo de Estado en nuestra ciudad. Por eso mismo, la Municipalidad de Avellaneda ha instalado una serie de señaléticas con el nombre de “Esquina homenaje” que se pueden encontrar en muchas esquinas de diferentes barrios y que tiene como objeto reflexionar sobre las desapariciones y asesinatos ocurridos durante la última dictadura militar.
Entre ellas se pueden recordar nombres como el de Azucena Villaflor, Graciela Pané, Heraldo Marucco, Néstor De Vicenti, Osvaldo Portas, entre otras.
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El Centro Editor de América Latina (CEAL) fue una editorial argentina fundada en 1966, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, por Boris Spivacow. La editorial funcionó hasta 1995, año en que tuvo que cerrar sus puertas. El CEAL se caracterizó por tres cuestiones fundamentales: la excelente calidad de quienes escribían y organizaban las colecciones, su precio económico y accesible para diferentes estratos sociales y por su escasa rentabilidad económica.
El 26 de junio de 1980 se llevó a cabo una quema de libros, en la cual se incineraron la mayor parte de los libros de la editorial, en una salvaje operación de la dictadura cívico-militar.
El depósito del CEAL que se encontraba ubicado en Crisologo Larralde (Ex Agüero) y O'Higgins. Tuvo tres intervenciones policiales que tiene como objeto la censura cultural: La primera en 1969, la segunda en 1978 y finalmente la última en 1980 cuyo final estuvo marcado por la Quema de Libros.
Este mural se encuentra enfrente del depósito del CEAL. La imagen se basa en el cuento prohibido “La planta de Bartolo” (1966) de Laura Devetach, que cuenta la historia de Bartolo, quien sembró un cuaderno y, de repente, creció una planta de cuadernos que fueron repartidos a todos los niños y niñas del barrio. Este acto de solidaridad generó el enojo del vendedor de cuadernos, personaje antagónico, que representaba a los líderes militares controladores del poder, se opuso a la libre circulación de las libretas.
En la pared se pueden ver flores de mburucuyá donde se desprenden hojas en forma de libros abiertos. Por otro lado, en la parte inferior del mural se ve una mano escribiendo sobre un libro abierto que concluye con un mensaje: “Aunque el fuego destruye todo. No podrán destruirse: los sentimientos, el saber y la memoria”.
Este mural fue inaugurado el 29 de junio de 2024 en el marco del 44° aniversario de la Quema de Libros y como cierre de la mega muestra “Más libros para la memoria”.
Esta intervención artística fue realizada por diferentes artistas de la muestra “Más libros para más memoria” que aportaron con los materiales, el boceto, la idea y la ejecución en el predio de Gral. Ferré y Crisólogo Larralde.
En su muro se puede ver la leyenda “En este lugar el 20/06/1980 la Dictadura ordenó la quema de 24 toneladas de libros”, acompañada de varias imágenes que representan a cuentos infantiles prohibidos por el régimen militar. Además se encuentran frases como “Las palabras son semillas” que rescatan el aporte educativo de los libros y que sostiene la premisa de “Nunca Más”.
En homenaje a los soldados caídos en el campo de batalla, este monumento se emplaza en el Parque Humberto Illia, a pocos metros del Área X. En cuanto al diseño del mismo, además del soldado combatiente podemos apreciar la Estrella del sur, o cruz del sur que es una cruz conformada por cuatro estrellas a través de las cuales simbolizamos el trabajo, identidad, futuro y soberanía, es de gran significación monumento a los soldados que fueron y los que cayeron honorablemente.
En la base del monumento, se encuentra una placa con los nombres de los combatientes de Avellaneda y los rangos a los que fueron ascendidos post mortem.
El monumento fue una idea de Vergottini realizada por Víctor Tomassi, escultor avellanedense y fue inaugurado en el año 2003, aunque el mismo estuvo en diseño desde 1983, sin embargo, no hubo quórum en aquel entonces y tuvieron que pasar más de 20 años para su realización y emplazamiento.
El mismo fue restaurado y puesto en valor en el año 2019.
A lo largo de la calle Pitágoras, frente al Parque La Estación, se encuentra el conjunto muralista diseñado íntegramente con una técnica llamada “esgrafiado”, un estilo artístico que implica colocar dos o más capas de pintura e ir raspando las capas superiores para develar los colores. Realizado por el proyecto “América en Colores”,una familia dedicada a plasmar en las calles las artes plásticas.
En toda la línea de murales, los 3 centrales son de temáticas malvinas del hilo decolonial. La corriente decolonial se ve plasmada a lo largo de Avellaneda dado la importancia que le da el territorio a la libre expresión y reclamo de los pueblos americanos que buscaban demostrar el valor de su cultura, identidad y patrimonio dejando lado las corrientes eurocentristas que los vinculan en relaciones de poder y dependencia con grandes potencias mundiales.
Murales:
Inaugurado el 14 de junio del año 2024, a 42 años del cese de hostilidades en las Islas Malvinas. La obra, que se construyó en el Refugio del Arte, está ubicada en el Parque del Río y rinde homenaje a los combatientes que fueron parte de la gesta el 2 de abril de 1982.
Un recorrido de la memoria que se puede realizar a través del "Camino del Desaparecido". Se trata de una intervención artística realizada por el Instituto Municipal de Cerámica que consta de flores, placas y mensajes que invitan a reflexionar sobre los enterramientos que se produjeron en las dos 2 fosas comunes del Cementerio Municipal.
El sector 134 es considerado una de las fosas clandestinas más grandes del país. Fue utilizado por la policía bonaerense para deshacerse de los cuerpos de las víctimas de la última Dictadura Cívico-Militar. Actualmente es un sitio de memoria que rinde homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado.
Esta fosa común era utilizada desde principios de 1976. El equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) logró identificar a más de 300 personas a las cuales pudo restituirles la identidad, por eso decimos que en Avellaneda están en alto las banderas de Memoria, Verdad y Justicia.
En diciembre de 1975, un grupo de 70 militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo ERP, intenta tomar el cuartel para llevarse diez toneladas de armas del cuartel de Monte Chingolo, sin saber qué sabían sus movimientos por una infiltración. En ese momento del 23 de diciembre de 1975, los estaban esperando y allí se produce una masacre ya que fueron recibidos por una lluvia de balas.
Entre muertos en combate, ejecutados de forma sumaria, y detenidos-desaparecidos, hubo 67 personas. Los militares sufrieron muy pocas bajas. Un monumento los recuerda pedido por sus familiares llamado “Héroes del ERP”.
Fue inaugurado en 2018, se trata de una réplica a escala del Cementerio Argentino localizado en Darwin. Esta idea es un homenaje surgido de las asociaciones de combatientes de Malvinas que pensaron en las 10 familias Avellanedenses de los soldados caídos en combate y ante la dificultad de acercarse a este lejano cementerio, pudieron concretar cumplir el sueño de este espacio. Se trata de una gran cruz central y las 10 cruces donde están las placas y sus nombres. Se trata de una edificación simbólica, un cenotafio es un monumento vacío, o sea que allí realmente no se encuentran sus cuerpos.
Avellaneda desde sus políticas es fuertemente Malvinizadora, siempre se está tratando la temática, lo refleja el arte público, las actividades permanentes y además las escuelas y diferentes instituciones se acercan a este emocionante espacio para conocer más sobre la gesta de Malvinas.
Av. Crisólogo Larralde 4174
La estructura represiva de la Dictadura Cívico-Militar comprendió la instalación de Centros Clandestinos en delegaciones policiales y comisarías dentro de la ciudad como mecanismo de control.
En este sentido, ubicado en el centro de Avellaneda, se encontraba la antigua Brigada de Inteligencia Lanús (BIL) que, funcionó como centro de detención, tortura y exterminio durante la última dictadura cívico- militar (1976-1983). Este centro clandestino era conocido como “El Infierno” por las atrocidades que se llevaban a cabo.
En el 2011 el Honorable Concejo Deliberante de Avellaneda definió la creación de espacio de memoria y la cese de la actividad policial. Tuvieron que pasar cinco años para que finalmente eso suceda y finalmente se convierta en un sitio de memoria.
Actualmente brinda visitas guiadas, talleres, cursos y capacitaciones en materia de memoria y derechos humanos. Una marca del terrorismo de estado y símbolo de la lucha por la Memoria, Verdad y Justicia.
Lunes a Viernes de 09:00 a 14:00hs (Visitas espontáneas)
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